“Buenas tardes caballero, en esta soleada tarde le ofrezco la solución para todos sus males, por tan solo $5000 pesos. Le quito las manchas, ronchas, torceduras, dolores mejor dicho soy su salvación. Siga, conozca y entérese de todo lo que logra la baba de caracol. Un liquido pegajoso, pero milagroso”.
Así comienza el repertorio, de Pedro alias “el caracol”. Esta introducción, envuelve -según él- a sus clientes. En el parque Lourdes, sentado sobre una pequeña butaca, se fuma un cigarrillo y se toma una aromática, mientras ve pasar los carros, oye los pitos del tráfico, y se distrae con las palomas. Observa detenidamente a su alrededor, pero en especial, “le echa ojo” a todos y cada uno de los transeúntes que, pueden detenerse y convertirse en sus próximos consumidores.
“Vea mijo, yo llevo 10 años en este negocio, si no le funciona el producto, y en 5 minutos ese dolor de rodilla no se le ha quitado, puede pegarme, escupirme y le juro que recojo mis corotos y no me vuelve a pillar por este parque jamás”.
Pedro tiene una forma muy sutil pero entradora de relacionarse con la gente. Como buen paisa, no hay comprador que le quede grande, “es capaz de vender un perro muerto y hacerlo pasar por dormido”. El don de la carreta, con la que Dios lo bendijo, no tiene límites. Gracias a esa habilidad ha logrado mantenerse cómodamente y darle a su esposa e hija una vida placentera.
En el parque de la 63, se levanta una gigantesca iglesia que también lleva como nombre Lourdes. A medida que se atraviesa el lugar, las palomas aletean desesperadamente y los perros rodean y persiguen a los transeúntes. Emboladores, fotógrafos, vendedores ambulantes, carritos de paletas, niños, carreras de conejos y tortugas en busca de una moneda que le pueda dar el sustento a su dueño... Entre otras muchas actividades y personas adornan y hacen parte del denominado “mundo de Lourdes”.
Para Pedro este es uno de los sitios que visita con mas frecuencia.” Aquí me hago mi buen billete, hay mucha gente aunque con poca plata, pero que nos colaboran y creen en nuestra palabra”.
Vivir de unos animales es algo jocoso. Todas las noches antes de acostarse, se acerca al pequeño estanque donde pone a descansar su “mini empresa”: 50 caracoles. Les habla por un buen rato e inclusive les hecha la bendición, con la esperanza que al otro día, estén completitos o si hay suerte un integrante más. “Aunque muchos no lo crean, yo le he cogido mucho cariño a estos seres. Me permiten vivir bien, y lo que es mejor me dan la oportunidad de ayudar y aportar de alguna manera un granito de arena a una persona que realmente lo necesite”.
El proceso para sacar la “baba milagrosa” es un secreto de familia. Su padre un “viejo” -como él lo llama- de 78 años, le heredó este conocimiento y habilidad para sacarle fruto a la naturaleza y poder vivir honestamente. Simplemente afirma que es algo muy sencillo” donde yo le cuente como se hace, seguro me roban el negocio” afirma entre risas.
“Sólo podría darle información como la que esta en la red”… “en esas paginas lo único que dice es que es un secreto natural para una piel perfecta. Además sirve como cosmético y le da proteínas naturales para el cuidado y restauración de la piel”. “El ingrediente lo puede destinar a productos para pies, manos, rostro, áreas sensibles y para la piel en general.”Bueno no le digo más, si yo le cuento el resto... Mejor dicho cómo se hace el proceso, dejaría de ser un secreto y sería deshonrar y traicionar la confianza de mi papá”. Concluye “el caracol” con una cara de picardía y una sonrisa que lo caracteriza.
Así comienza el repertorio, de Pedro alias “el caracol”. Esta introducción, envuelve -según él- a sus clientes. En el parque Lourdes, sentado sobre una pequeña butaca, se fuma un cigarrillo y se toma una aromática, mientras ve pasar los carros, oye los pitos del tráfico, y se distrae con las palomas. Observa detenidamente a su alrededor, pero en especial, “le echa ojo” a todos y cada uno de los transeúntes que, pueden detenerse y convertirse en sus próximos consumidores.
“Vea mijo, yo llevo 10 años en este negocio, si no le funciona el producto, y en 5 minutos ese dolor de rodilla no se le ha quitado, puede pegarme, escupirme y le juro que recojo mis corotos y no me vuelve a pillar por este parque jamás”.
Pedro tiene una forma muy sutil pero entradora de relacionarse con la gente. Como buen paisa, no hay comprador que le quede grande, “es capaz de vender un perro muerto y hacerlo pasar por dormido”. El don de la carreta, con la que Dios lo bendijo, no tiene límites. Gracias a esa habilidad ha logrado mantenerse cómodamente y darle a su esposa e hija una vida placentera.
En el parque de la 63, se levanta una gigantesca iglesia que también lleva como nombre Lourdes. A medida que se atraviesa el lugar, las palomas aletean desesperadamente y los perros rodean y persiguen a los transeúntes. Emboladores, fotógrafos, vendedores ambulantes, carritos de paletas, niños, carreras de conejos y tortugas en busca de una moneda que le pueda dar el sustento a su dueño... Entre otras muchas actividades y personas adornan y hacen parte del denominado “mundo de Lourdes”.
Para Pedro este es uno de los sitios que visita con mas frecuencia.” Aquí me hago mi buen billete, hay mucha gente aunque con poca plata, pero que nos colaboran y creen en nuestra palabra”.
Vivir de unos animales es algo jocoso. Todas las noches antes de acostarse, se acerca al pequeño estanque donde pone a descansar su “mini empresa”: 50 caracoles. Les habla por un buen rato e inclusive les hecha la bendición, con la esperanza que al otro día, estén completitos o si hay suerte un integrante más. “Aunque muchos no lo crean, yo le he cogido mucho cariño a estos seres. Me permiten vivir bien, y lo que es mejor me dan la oportunidad de ayudar y aportar de alguna manera un granito de arena a una persona que realmente lo necesite”.

“Sólo podría darle información como la que esta en la red”… “en esas paginas lo único que dice es que es un secreto natural para una piel perfecta. Además sirve como cosmético y le da proteínas naturales para el cuidado y restauración de la piel”. “El ingrediente lo puede destinar a productos para pies, manos, rostro, áreas sensibles y para la piel en general.”Bueno no le digo más, si yo le cuento el resto... Mejor dicho cómo se hace el proceso, dejaría de ser un secreto y sería deshonrar y traicionar la confianza de mi papá”. Concluye “el caracol” con una cara de picardía y una sonrisa que lo caracteriza.
Pedro no quiere hacerse famoso por sus inventos y sus “menjurjes” como muchos los catalogan. Solo pretende curar algunos males y enfermedades que para “el caracol”, le quedaron grande a la ciencia y la tecnología”.
El reloj da las 3pm, el sol continúa vigilante sobre la capital. Es hora de recoger sus cosas. Las ganancias fueron muy buenas. “Esta noche voy a poder llevar a mi mujercita y mi pequeña a un sitio bien parchado, a comerse un pincho con arepa.. como les gusta”.
“Tengo que irme a otro lugar, pues la policía ya empezó a dar rondas y no quiero que le hagan daño a mis bichitos y mucho menos que dejen a mi familia sin la sorpresa”.
Ir de calle en calle, de esquina en esquina, no es agradable... pero así le tocó vivir. Uno no escoge cómo nace, en dónde y mucho menos el estrato. Por esta razón, lo único que desea es poder darle a las dos mujeres de su vida alegría en vez tristeza y sufrimiento. Le ruega a Dios que lo siga iluminando por el camino del bien. Hoy desde el parque Lourdes mañana quien sabe en donde.
Imágenes:
Lorena Andrade Galán
Nota: articulo presentado en Septiembre del 2006 para Diego herrera, en clase de géneros períodisticos.
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